La realidad en México así nos tiene, en cualquier Estado,
en cualquier carretera, llegarás a pasar por alguno de los puestos militares,
sustentando legalmente la lucha contra la delincuencia organizada.
El año pasado, se dio un incremento
considerable en retenes militares en el Estado de Coahuila, de manera
general la ciudadanía estuvo a favor, pues declaraban que sentían “seguridad”
al viajar por las carreteras.
El retén “El Centinela” ubicado en la carretera
Mexicali-La rumorosa cuenta con aproximadamente 20 años de existencia, la idea no es estrategia de López Obrador, no fue de Peña Nieto, ni parte de la
encarnizada estrategia de Calderón.
A finales de diciembre del año pasado, Se instalaron
retenes militares en salidas y entradas a Culiacán, la estrategia fue dirigida
por el comandante de la
Novena Zona Militar, Maximiliano Cruz Ramos en coordinación del Presidente López
Obrador como parte del plan nacional de paz y seguridad.
En marzo pasado, Culiacán logró alcanzar 7 días sin
homicidios, y aunque fue noticia nacional tal logro, Culiacán cerró como líder en el Estado de Sinaloa con más de 110 homicidios en el primer trimestre.
Otra fibra afectada por los retenes, es el comercio y la
logística, pues en algunas ocasiones, los retenes militares
provocan colapso vehicular, atrasando órdenes de compra, abastecimiento comercial
e industrial.
El tema de migración es delicado, en marzo pasado un autobús con
44 migrantes de Centroamérica pasaron por un retén militar en Tamaulipas, horas
más tarde, fueron reportados desaparecidos 22 de ellos, posteriormente, se
escaparon de sus captores a los que referían como “huachicoleros”.
El director del Centro
Binacional de los Derechos Humanos, Víctor Clark Alfaro, declaró en febrero
pasado que los retenes militares en Tijuana son “insuficientes” pues que el crimen
organizado opera con la complicidad de “halcones” los cuales
alertan a los delincuentes sobre la presencia del ejército y policía federal.
En el mismo mes, se
instaló un retén militar frente a playas de Tijuana, sin embargo, colonos de la
región optaron por utilizar una vía alterna para acceder a su lugar de residencia y evitar 20 minutos o más de
espera en el retén militar.
Si bien la ciudadanía
se siente más tranquila con la presencia militar en las calles, la violencia
disminuye en bajas proporciones.
Los retenes militares
son una estrategia con más de 20 años de antigüedad, sería relevante implementar
nuestras estrategias y tácticas para mejorar los resultados.
La implementación de
retenes en entradas y salidas de ciudades son unilaterales, puesto que si
viajas de Sinaloa a Tijuana serás revisado por 5 grandes retenes militares, sin
embargo, de Tijuana a Sinaloa ningún retén militar te marcará el ALTO.
El tema logístico empresarial necesita más libertad y
fluidez en sus movimientos, la supervisión fiscal y digital debería ser más
efectiva que la supervisión física y material.
En cuestiones Migratorias, es un tema bastante complejo,
que de igual manera necesita estrategias actualizadas para ingreso y trafico
dentro del territorio nacional.
Y por último, Cantidad de retenes no garantizan
seguridad, como los casos que mencionamos en Tijuana y Sinaloa, nosotros los
mexicanos, necesitamos más bien calidad.
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